Franki es un gato muy de la cocina.
Cualquier actividad que vea que hay por allí, se va directo a ver qué se cuece (a veces, literalmente) y quedarse por allí atento. Por eso, cuando me voy a hacer los deberes a la cocina, siempre se viene a sentar a la mesa, frente a mí, y se queda conmigo todo el rato.
Se sienta y me mira, me olisquea el boli, se acuesta en las libretas... ¡¡me muerde la cartera!!...
Ayer me estuvo 'ayudando' mientras estudiaba para el examen de historia de Roma que tengo esta mañana.
Ahí sale en pose de gatito estudiante, pero también estuvo un rato tumbándose sobre esos mismos apuntes y bostezando panza arriba, que yo pensaba: "¿estará queriendo pasarme por los morros que él no tiene que estudiar?". :-)
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