Bueno, bueno, bueno...¡¡qué dramón, qué dramón, qué dramón anoche!!
Estaba cenando en la tele y, sin querer, se me cayó el plato de Kitty y...ahí lo veis: ¡se partió!
Hasta lloré de rabia de que se hubiese roto. Era mi favorito y le tenía un montonazo de cariño.
Fredy me lo pegó enseguida, pero ya no quedaba útil para poder comer con él...Con la Gom pensamos que seguramente en ese kiosco que hay delante del Estalella, que siempre tienen un montón de fascículos de colecciones, lo podríamos encontrar.
Y me consolé un poco. Fredy me dijo que lo podía usar para poner de adorno, como hace la abuela de Hannah con sus platos, pero...
Pero esta mañana, de camino al cole (luego os cuento qué tal va), hemos pasado por delante de otro kiosco y...¡pling!...ojo avizor la Gom ha visto en lo alto de una estantería que tenía el plato y enseguida ha entrado a pedir que se lo guardaran, que pasaría en un momentito a buscarlo.
Y...¡ahí lo tengo de nuevo!
Como dijo Fredy, el primero lo pondré bien puesto para que adorne alguno de mis rinconcetes, porque siempre será el primero y original plato de Hello Kitty, y con éste nuevo voy a tener un montón un montón un montón de cuidado. ¡Que quiero que me dure para siempre!
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