Esta tarde nos hemos dado un paseo larguísimo junto con Pep, que se conoce las rutas y senderos de los alrededores de perlas, para ver cómo están de 'primavereados' los campos y sacar fotos.
Están muy bonitos. Hay montones de flores: amapolas, campanitas (que no sé cómo se llaman, pero son de color lila suave y son muy bonitas), margaritas...
Yo, al principio, no estaba muy animada con eso de andar. ¡¡Que me canso!!
Pero, poco a poco, y entre las quejas, he ido avanzando los kilómetros que nos hemos recorrido, por esos caminos alejados de la civilización. ;-)
Cogiendo piedras, descubriendo agujeros excavados que debían ser madrigueras...
...mirando florecillas...
Pep nos ha enseñado un viñedo que tenía una cosa curiosa: los palos que sujetaban las parras estaban cada uno pintado de un modo diferente.
Me han inspirado, y con unos palos que he encontrado por ahí, me he puesto a hacer una escultura.
Ahí estoy con la Gom y en pleno proceso creativo:
A la escultura la he titulado 'Los tres Chiflados', en honor a esa serie de la infancia de Fredy de la que siempre se acuerda y nos cuenta escenas.
Al final, me he encontrado otro de esos palos tirado por ahí y se ha acabado quejarse de que me cansaba. Lo he ido usando de bastón, como si fuese una peregrina :-D
Luego, ha sido diver, porque se me han ido ocurriendo un montón de usos que le podría dar a ese mismo bastón: para darle la mano al cantante de un grupo si vas a su concierto, lanza de guerrera, para quitarte los moquetes ;-) , o de pala para excavar el terreno ...
Cuando nos acercábamos a Les Cabanyes, un pueblito aquí al lado, que era el destino final que nos habíamos marcado para el recorrido, hemos mirado el reloj y nos hemos dado cuenta que llevábamos ya sin darnos cuenta dos horas de paseo.
Hemos caminado hasta un sitio desde donde había una vista panorámica de Vilafranca al fondo...
Y hemos tomado el camino para volver a Vilafranca.
De vuelta, hemos pasado por ese charcote gigante donde, al fijarnos, hemos visto nadando unos renacuajos a los que les queda aún bastante para convertirse en ranitas.
Media horita aún más de camino, me he encontrado con Xavi Banchs que iba con sus padres y su hermanito, y bien pasadas las ocho y media nos hemos despedido de Pep.
Cuánto cansancio... y aunque me he quejado en casi cada metro que hemos caminado, la verdad es que me lo he pasado genial ;-D
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