Tras casi tres duros días de trabajo en que estuvo con la Gom, como si fuesen Kim & Aggie, sacando papeles, juguetes...ordenándolo (porque es que yo no quería tirar nada), moviendo muebles y haciendo pruebas de cómo volver a colocarlos...la cosa ya quedó bastante renovada y fresca (como Garfield después de ir a la pizzería).
Y después, este fin de semana, la Gom -para seguir recordando a la Tía Conchi- se enredó con mi escritorio y alrededores y se pasó el sábado ordenándome más papeles, rescatando bolis, rotuladores y lápices que servían (sacándoles punta y volviéndomelos a poner bien puestos en cajas para usar)... Mi cuarto ha quedado hecho esa pequeña maravilla que se ve en la foto (sólo en parte).
Me faltan algunas cosillas. Me gustaría pintar de lila clarito las paredes, voy a ponerme unas estanterías (¡aikia, ahí vamos de nuevo!) y este verano Fredy me ha prometido que me caerá un portátil para ponérmelo en mi cuarto para estudiar.
La Tía Conchi y la Gom me acusaron de ser una hoarder (esa gente que acumula cosas y cosas y cosas...) pero no es que yo sea hoarder, es que le cojo mucho cariño a todo... ;-)
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