Es 'no-casa' pero está mucho más crecida que el año pasado: ahora es una estructura con pinta de resistente.
Íbamos Alex, Hèctor, Alba y yo. Aina ha venido también, pero ha llegado un poquito más tarde porque venía de clase de tenis.
Pili nos había preparado unos bocatas para cada uno: larguísimos y ricos ricos. El mío era de nocilla. Nos hemos sentado en las escaleras para merendar...
Además de los bocatas, Pili ha llevado cosas saladas de ésas que a mí me pirran: galletitas tuc, pistachos, patatas fritas... La merienda perfecta.He dejado el bocata guardado en el bolso de la Gom un rato para darle prioridad a esas delicias.
Después ha llegado Aina, y nos hemos puesto a dar vueltas como locas y locos alrededor de la parcela.
¡A toda pastilla!
A tanta pastilla que Alex y yo nos hemos caído -ha sido por mi culpa, porque me he metido por en medio sin querer...- y yo me he pelado las dos rodillas.
Menos mal que ahí estaba Aina que me limpiado la pupa y me ha estado atendiendo hasta que ya no dolía nada. :-)
Nuestras respectivas madres también han estado pasándoselo bien, como siempre que se juntan y se ponen de parlanchineo. :-)
Cuando nos hemos cansado de rodar, nos hemos pasado un buen rato recogiendo caracolinitas. Había un montón entre las hierbas que hay al lado de la casa.Mirad cuántas hemos recogido. Les hemos puesto esas hierbas para que estuvieran más a gusto.
Y, cuando nos hemos dado cuenta, ya eran las 9 de la noche.Así que hemos recogido todo...Y despacito, junto con Alex y Carmen, nos hemos puesto de camino para casa (porque vivimos cerquita).
Me he ido comiendo el bocata de nocilla de Pili. ¡¡Tenía un hambre!!
El cielo estaba de un color muy bonito mientras el sol se ponía. Aquí os dejo con otra foto de un atardecer :-)
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