Después de comer, hemos ido a ikea. Como diría mi padre, la tarde la hemos pasado a full.
Hemos ido de exploración, porque vamos a comprar más muebles dentro de poco. Se acumulan los libros en este hogar, de mis padres y míos, y se necesitan estanterías.
También mi padre ha tenido una idea genial para el cuarto donde vemos la tele y vamos a hacer un apaño total.
Una cajonera para mi ropa, espejos, lámparas...Vamos a traer de todo...
Pero hoy nos hemos ido a dar una vuelta y comprarnos algunos trastos interesantes.
Hemos traído relojes, mi madre me ha regalado un espejo (ése que estoy enseñando ahí), unos juegos de sábanas, unas velas con perfume a frutas del bosque, dos cubitos nuevos para la basura, y yo me he comprado (no sé para qué, pero ya descubriré para qué me vienen bien...) una bolsa de ésas de pinzas de colores para cerrar bolsas y otro despertador.
Y hemos estado haciendo uso y abuso de los beneficios de la tarjeta ikea family, tomando café gratis. A la salida, mi padre ha cumplido con su tradición de comerse un bocata de esos del restaurante de ikea mientras yo iba rellenándole el vaso con chorrazos de los refrescos de la maquina ésa que te puedes servir tú mismo para que fuera probando...
He estado tanteando lo que debe ser la vida independiente, haciendo ensayos con una cocina propia. También he estado probando todo el mobiliario a ver si los colchones eran mullidos, las sillas cómodas...inspeccionando si en general la calidad estaba a niveles de excelencia.
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