Ésa que veis ahí es mi caja de las cochinadas, o caja de las guarrerías... la caja donde recopilo todo lo que voy pescando por ahí y que es potencialmente reciclable en alguna de mis artesanías.La Gom me la compró con la condición de que podía guardar trastos mientras la caja se cerrara sin problemas.
Sin embargo, como podéis apreciar, la caja ya rebosa y seguirá rebosando aunque la Gom proteste y diga que Fredy y yo tenemos el síndrome de Diogenes, porque yo soy una chica del siglo 21 y a mi destreza tecnológica se suma mi conciencia ecológica total.
Bueno...pues la Gom que tantas pestes ha dicho de mi caja de los trastos para reciclar resulta que hoy ha sido salvada por la caja y mi manía de rescatarlo todo.
Se le había perdido un papel que tenía encima de su escritorio y no lo encontraba...horas y horas buscándolo y preocupadísima porque era importantísimo, para un texto que tiene que escribir mañana.
Y cuando ya había desesperado y resignado a que el papel se había ido a la porra en la sesión de cleaning del sábado...¿qué os creeis que asoma por la esquinita de mi caja?
Pues sí!!! El papel!!!
Yo lo había guardado porque pensé que me gustaba la letra de la Gom y me daba pena tirarlo, y mira por dónde, resulta que sin querer mi caja se ha convertido en la caja salvadora.
Qué alegría que se ha llevado la Gom, y cuántas disculpas nos ha pedido a mí y a mi caja, je je.... :-D
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