Pues anoche me tocó a mí ir a casa de Alex a dormir.
¡¡Y nos lo pasamos bomba!!
Cené una pizza riquísima de atún y helado. Alex no, porque no le gusta la pizza.
Y conocí a su perrito parlanchín, un perro de juguete que tiene que habla y que yo me parto de risa con él.
Nos dormimos muy tarde, porque con el escandalazo que estaba armando la gente que iba por la calle de fiesta mayor, gritando y cantando... :-)
Y esta mañana he ido con él y Carmen, su mamá, a ver la tronada y pasear un rato.
Nos hemos despedido con un abrazo giganteeeeeeeeeeeeeeeee.
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