Ha sido uno de esos casos muy difíciles. Esas veces en que hay que insistir, portarse bien, alguna lagrimilla (de esas conmovedoras...), regalar algún dibujito chulo, seguir portándose bien...y al final, lo que pides: ¡cae!
Quería uno de esos estuches con rotuladores stabilo. Son buenísimos para dibujar. Irene me presta a veces los suyos en el cole y cada vez me gustaban más...así que me dije: me gustaría mucho tener unos.
Y ya (¡por fin!) los tengo.
Esta mañana he ido con Fredy a comprarlos. Me ha dicho que cuando él era pequeño también tenía unos.
Son veinticinco y vienen en ese estuche que puedes enrollar y es muy práctico.
Lo desenrrollas y ¡plas! ahí están todos:
Voy a tener muchísimo cuidado con ellos, para tenerlos ahí siempre ordenados y, sobretodo, no apretar al dibujar, porque la punta es muy frágil.
Los he estrenado haciendo este dibujo:
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