PRIMOROSA COSTURERA

Yo ya había hecho mis tentativas con el punto y no habían salido todo lo bien que hubiera sido deseable, pero como soy chica previsora donde las haya y sé que en el momento menos pensado una se puede encontrar teniendo que coser un botón, le he pedido a mi madre esta tarde que me ilustre para aprender a realizar yo misma tan esencial tarea.

Armada con mi aguja enhebrada y bien sentada en una butaca, hemos hecho una prueba que me ha salido de perlas.

Me he pinchado dos veces, pero con mi habitual tesón he insistido en la tarea, bien protegida con mi dedal.
Mi madre me ha dicho que esto es como ir en bici: para aprender a ir en bici te tienes que caer, y para aprender a coser, te tienes que dar pinchazos.
¡Qué lección!

Pero volviendo al botón cosido: el resultado final, como podéis apreciar, es óptimo y ya estoy lista para nuevos desafíos costureriles.