HOMEWORK

La agenda rebosa cada día con un mogollón de deberes.
Después de cenar, mesa despejada y con el estuche, libros y cuadernos me aplico con todo el coeficiente intelectual a hacer todos los ejercicios que me traigo anotados del cole, acompañada por el can cerbero éste de la Gómez que no me pasa ni media y me hace borrar una letra como me salga medio torcida.

Pero al final, cuando está ya todo hecho miro esas páginas y me pongo contentísima.
Se acabó la tortura y a disfrutar de un ratito de libertad antes de irme a dormir. :-)
Ayer nos fuimos a hacer los deberes a la biblioteca, y me gustó bastante, así que de ahora en adelante, segurísimo me encontraréis allí los lunes y viernes haciendo mi homework.