UN NEGOCIO REDONDO

Desde el otro día, Hèctor y yo hemos estado produciendo mucha mercancia para nuestro puesto de artesanía. 

Hemos quedado para dedicarnos hoy a venderla. 

Y hemos vendido, pero no sólo eso. También hemos aprendido una lección importante: lo de los negocios exige no sólo tener productos de lo mejor, sino también buenas estrategias.

Nos hemos encontrado en la Rambla y Hèctor y Alba han traído esa mesita-bandeja para poder tener bien exhibidas nuestras joyas para que se acercasen y las viesen los clientes.

Primero, nos hemos colocado en un lado de la Rambla...

Pero este sitio no funcionaba.  A lo mejor porque se nos veía poquito.

El caso es que nos hemos ido a buscar otro sitio donde estuviéramos más visibles.

Por eso nos hemos ido debajo mismo del monumento, justo al principio de la Rambla.

Ahí ha comenzado a irnos mejor.

Alba nos ha conseguido una clienta =D

Pero...la cosa no acababa de arrancar con fuerza.
Así que, lo hemos visto claro...ya que los clientes no venían al puesto...con decisión, nos hemos dicho que ¡el puesto iría a los clientes!

Hèctor y yo hemos cogido la bandeja y, sin manías ni complejos, nos hemos ido a ofrecer la mercancía a la gente que estaba en las terrazas de las cafeterías y las heladerías de la Rambla.

Ahí estamos Hèctor y yo, nos acercábamos a la gente, les saludábamos y les preguntábamos si querían comprarnos alguna cosita.

Y...¡¡HA FUNCIONADO!!
Hemos vendido un montón. ¡¡Un montón!!  Hemos ganado casi casi diez euros.
No me lo podía creer cuando he llegado a casa y he contado el dinero, que lo habíamos ido guardando en esa cajita de caudales que me regaló Vilma el viernes pasado.

¡Es genial!
=D
Somos unos cracks: productos de calidad y el mejor servicio. Unos vendedores de primera.