Hay días en que el momento de la merienda se convierte en una felicidad grande, grande, grande...y rica, rica, rica. ¡Como hoy!
Fredy le había preparado a la Gom un café frío y para sorprenderla le ha puesto un toquecito de nata, y le ha quedado el café majísimo y deliciosísimo.
Y la Gom me lo ha venido a enseñar y hemos pensado...esto del toquecito de nata podría mejorar mucho un cola-cao fresquito...
¡Y dicho y hecho! Mirad qué buena pinta. Se lo ve chulo, ¿verdad? Pues aún estaba más rico. :-)
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