Ayer, que fuimos a cenar a casa de Roser y Marc, Fredy preparó scones para llevar de postre.
Salieron un mogollón (muy ricos). Y qué casualidad, porque los scones están muy ricos con mermelada, y esta mañana un vecino que hace poquito que se ha mudado a vivir aquí, y al que a veces le recogemos el correo cuando no está, ha pasado a buscar un libro que hace unos días que le guardábamos; y, para darnos las gracias, nos ha regalado ese bote de mermelada de melocotón casera - que vendrá perfecta con los scones.
No cuesta nada hacer un favor (además, todos nuestros vecinos son muy majos) y con que te den las gracias con sonrisa, ya está perfecto, pero la verdad es que te dejan buena sensación estos gestos tan amables. :-)
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