Fredy y La Gómez me están convenciendo para que les acompañe la próxima vez que vayan a Canarias. Me tientan con que hace muy buen tiempo, que el paisaje es muy bonito...
Y yo ya estoy casi convencida con un gran motivo para ir: lo que me gustan las papas arrugás. :-)
En la verdulería, Fredy compró el otro día una bolsa de patatas y luego se dio cuenta que eran el tipo de patata con que se podían preparar las papas arrugás.
Se ve que las auténticas todavía son un poco más chiquititas y se tienen que arrugar más, pero quedan más o menos parecidas.
Se ponen en una olla con sal gruesa, se hierven... y: ¡a comer!
Me cogen las prisas y les echo la zarpa aunque estén ardiendo. :-)
Yo me las como en una variante más adecuada a mi paladar: las pelo y les pongo un poco de aceite.
Pero Fredy sí se las come sin pelar y les pone una salsa bien fuerte que prepara para acompañarlas.
Nos comimos anoche esa fuente llena que veis arriba. ;-)
La Gómez se acordó que el sabor es igual al de las patatas que preparaban sus abuelos al lado del fuego en la chimenea en una casita en el campo que tenían. Hacían patatas que quedaban así de buenas, que las recogía su abuelo de su huerto, y pan tostado con aceite.
¡¡Riquísimas!!!! Ya le he pedido a Fredy dos noches seguidas que las prepare. Y ayer compró unos kilos más de esas patatas en la verdulería ...así que..¡.seguro que pronto repetimos! ;-)
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