Hemos estado un rato de remoloneo por la cama pero enseguida nos hemos levantado para ir al ordenador a despertarnos del todo viendo unos capis de nuestras series...
Mirad qué buena cara de energía llevábamos ya antes de desayunar.
Después, hay que ser higiénicos, y nos hemos dado un buen baño.
Y de lujo, con sales de baño y un montón de espuma.
Una vez limpios como dos patenas, nos hemos vestido, desayunado (un bollo de pan de leche con nocilla cada uno) y... nos hemos encaminado hacia ese ritual obligatorio: ¡el de irnos a gastarrinear un rato a los chinos!
La cosa estaba complicada porque hay un mogollón de cosas y se pueden dar dos tipos de situaciones cuando estás a la búsqueda de algo:
A) que ya tengas todos los trastos en exposición (incluso que ya los hayas comprado mil veces seguidas, como la máquina de pedos, que hemos decidido con Hèctor que ya no nos compramos otra nunca más: al segundo día la cosa ya no hace pedos y además da un asquete tocarla...)
B) que lo que te gusta se salga del presupuesto
Así que toca ponerse a hurgar bien por las cajas que hay debajo de las estanterías que es donde personas expertas como nosotros saben que es donde aparecen las cosas potentes a un euro.
¡Y así han aparecido estos hallazgos buenísimos: el muelle que va solo y el caleidoscopio!
Luego...hemos seguido recorriendo hasta llegar al parc de Sant Julià (lo teníamos para nosotros solos) para abrir un poco el apetito haciendo ejercicio empujando el supertazón...
...de balanceo relax en el supertazón...
...y columpiándonos.
Vuelta a casa...
Hemos estado viendo 'El chuletón imposible' y después a comer: PIZZAAAAAAAAAA.
Que estaba buenísima. A Fredy le ha quedado perfecta. Nos ha gustado un montón. :-)
Y para cerrar esta historia de una mañana genial aquí os pongo un dibujo muy chulo que me regaló ayer Hèctor.
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